EL PAÍS
El renacimiento de los virus matabacterias ha supuesto que también se valore el potencial de estos seres como reguladores de la salud humana. En un artículo que publica la revista Science, un grupo de investigadores del laboratorio de Eran Elinav, en el Instituto Weizmann (Revohot, Israel), plantean las posibilidades de los fagos para tratar enfermedades no infecciosas. El cáncer, la obesidad, la diabetes o los trastornos neurológicos se ven influidos por desequilibrios en la población de bacterias que nos habitan, y los fagos pueden ser una herramienta para restablecer el orden. Elinav y su equipo ya realizaron un estudio en el que probaron que una terapia de fagos administrada oralmente para tratar a ratones con intestino irritable era capaz de controlar en ratones una cepa de la bacteria Klebsiella pneumoniae y aplacar los síntomas de la enfermedad.