EL PAÍS
En cáncer, tiempo es salud. Cuanto antes se detecte un tumor, mejor: más posibilidades de tratamiento y curación. Por eso, las pruebas de detección precoz se han convertido en un aliado para aumentar la supervivencia y atajar, cuanto antes, tumores incipientes. La literatura científica estima, por ejemplo, que el cribado poblacional mediante mamografía reduce un 20% la mortalidad por cáncer de mama y este descenso puede ser aún más pronunciado si se afinan las pruebas de detección y el análisis de resultados. La inteligencia artificial (IA) ya se ha colado en este campo y, según un estudio sueco publicado en The Lancet Oncology con 80.000 mujeres, los cribados de cáncer de mama que tienen el apoyo de sistemas de inteligencia artificial para leer las mamografías detectan un 20% más de tumores que los que siguen metodología tradicional de lectura con la doble revisión de dos radiólogos. Los resultados preliminares de la investigación, que aún sigue en marcha, concluyen que el uso de la IA para analizar las mamografías es seguro y reduce casi a la mitad la carga de trabajo de los radiólogos.