Desde hace casi tres décadas, y tras más de un millar de pacientes atendidos, los profesionales de esta unidad trabajan con un claro objetivo: mejorar el pronóstico y la calidad de vida. “La creación de las unidades de insuficiencia cardíaca persiguen una mejora en el pronóstico y en la calidad de vida sistematizando el diagnóstico, seguimiento y tratamiento al ofrecer una actuación coordinada de los distintos profesionales implicados. El resultado es la mejora o incluso normalizar la función de su corazón con un adecuado tratamiento, modificando la historia natural de la enfermedad”, indican desde la unidad.
Ahora, una tesis doctoral de la doctora Estrada, que ha estudiado la actividad en los últimos cinco años de esta unidad, ponen en evidencia la excelencia en el abordaje, tratamiento y seguimiento de sus profesionales con tasas de recuperación de la función del corazón, también llamado remodelado inverso, superior al 50%, muy por encima de la media expuesta en la literatura científica.