EL PAÍS
El sueño de una vacuna contra el cáncer, capaz de estimular el sistema inmune para combatir los tumores, está en el horizonte de la comunidad científica. Probablemente, nunca tan cerca como ahora. Después de años de pocos triunfos en este campo, la consolidación de otras inmunoterapias y el éxito de las plataformas de ARN mensajero (ARNm, en el desarrollo de vacunas durante la pandemia) han reavivado el optimismo de los científicos. Los resultados han sido prometedores tanto en un reciente ensayo en melanoma —con un prototipo de vacuna en combinación con otra inmunoterapia— como en otra investigación preliminar en cáncer de páncreas.