EL PAÍS
Un equipo de científicos ha aplicado inyecciones mensuales de un simple anticuerpo a ratones de casi un año y medio, una edad equivalente a 55 años humanos.
Los resultados se perciben a simple vista, según explica el cardiólogo Stuart Cook, codirector de la investigación en el Laboratorio de Ciencias Médicas de Londres. “Los ratones que recibieron el anticuerpo X203 se veían más delgados y activos, con mejor color del pelaje —menos pelos grises— y mejor visión, audición y capacidad para caminar”, aplaude Cook. Los anticuerpos son proteínas que circulan por la sangre para defender al organismo de sustancias extrañas, como virus y bacterias. En el caso del X203, está diseñado para bloquear a otra proteína natural con potentes efectos en el envejecimiento: la interleuquina 11, cuya concentración aumenta con la edad, haciendo que las células dejen de multiplicarse, se acumulen y liberen sustancias nocivas que provocan inflamación y daño en las células cercanas.